Use una voz tranquila y amable que contribuya a la relajación.
Sea alentador con sus palabras, controle sus movimientos para que no proyecte mucha energía, lo que puede crear una sensación de ansiedad con el niño.
Este es un momento para usar un refuerzo positivo a través de sus palabras y acciones. La música apoyará el ambiente relajante que está tratando de crear y no debe reproducirse más fuerte que una voz hablada. Al mostrar los comportamientos y acciones que desea ver en su hijo, comprenderán mejor lo que les está pidiendo.